El juego constituye la ocupación principal del niño, así como un papel muy importante, pues a través de éste puede estimularse y adquirir mayor desarrollo en sus diferentes áreas como son psicomotriz, cognitiva y afectivo-social. Además el juego en los niños tiene propósitos educativos y también contribuye en el incremento de sus capacidades creadoras, por lo que es considerado un medio eficaz para el entendimiento de la realidad.
Por medio del juego los pequeños experimentan, aprenden, reflejan y transforman activamente la realidad. Los niños crecen a través el juego, por eso no dé debe limitar al niño en esta actividad lúdica.
¿Qué es el juego?
Es el primer acto creativo del ser humano.
Comienza cuando el niño es bebé, a través del vínculo que se establece con la
realidad exterior y las fantasías, necesidades y deseos que va adquiriendo.
Cuando un niño toma un objeto cualquiera y lo hace volar, está creando un
momento único e irrepetible que es absolutamente suyo. Porque ese jugar no sabe
de pautas preestablecidas, no entiende de exigencias del medio, no hay un
"hacerlo bien". ¿Todos los juguetes conducen a un juego? El juguete es el medio que se utiliza para jugar:
incluye desde una sabanita, hasta una muñeca, una pelota, una hormiga, o una computadora. Todos estos elementos pueden también ser
utilizados con fines educativos. Pero si se vuelven una herramienta didáctica, pierden su entidad de juego. Muchos papás,
cuando se sientan a jugar con su hijo, confunden el jugar con el enseñar. Y el
niño que quería jugar de igual a igual, sin exigencias, sin aprender nada, se
frustra. Se puede aprender con gusto, creando un vínculo de sabiduría y afecto,
entre el que enseña y el que aprende. Esto es muy bueno y necesario. Pero debe
quedar en claro que el juego de reglas es una herramienta por la cual se está
intentando llegar a una meta. Uno sabe y el otro no. A medida que uno se va
volviendo adulto, el juego propiamente dicho se pierde.
Características
del juego
Es una actividad espontánea y libre, además de que el juego es el cambio para construir libremente su espíritu creador.
El juego se orienta sobre la misma práctica.
El jugador se preocupa por el resultado de su actividad.
La interacción de juego es la recreación de las escenas e imágenes del mundo real con el fantástico, de lo cual participan
los roles de los personajes, donde el pequeño lo asigna.
El juego es que el niño tenga una actitud espontánea y de libertad y cuando el niño juega hace una recreación de escenas
he imágenes del mundo real o fantástico.
El niño expresa una actitud lúdica qué tiene necesidades psicobiologícas lo que le permiten prepararse para el futuro.
Otra cosa interesante es el grado hasta donde el niño es capaz de fantasear para llegar a la realidad a tomando en cuenta
que los niños juegan a los héroes, villanos, papá, mamá y ellos imitan lo que observan.
El juego es evolutivo ya que empieza por el dominio del cuerpo y posteriormente maneja las relaciones sociales y su medio.
Por medio del juego el niño se socializa, es divertido, placentero, voluntario y lo más importante no es obligatorio.
Es una actividad espontánea y libre, además de que el juego es el cambio para construir libremente su espíritu creador.
El juego se orienta sobre la misma práctica.
El jugador se preocupa por el resultado de su actividad.
La interacción de juego es la recreación de las escenas e imágenes del mundo real con el fantástico, de lo cual participan
los roles de los personajes, donde el pequeño lo asigna.
El juego es que el niño tenga una actitud espontánea y de libertad y cuando el niño juega hace una recreación de escenas
he imágenes del mundo real o fantástico.
El niño expresa una actitud lúdica qué tiene necesidades psicobiologícas lo que le permiten prepararse para el futuro.
Otra cosa interesante es el grado hasta donde el niño es capaz de fantasear para llegar a la realidad a tomando en cuenta
que los niños juegan a los héroes, villanos, papá, mamá y ellos imitan lo que observan.
El juego es evolutivo ya que empieza por el dominio del cuerpo y posteriormente maneja las relaciones sociales y su medio.
Por medio del juego el niño se socializa, es divertido, placentero, voluntario y lo más importante no es obligatorio.
La infancia, el juego y el juguete guardan entre sí una
estrecha relación, y en el desarrollo histórico-social del hombre tienen una misma ontogénesis, de ahí que sea
imposible separar unos de otros.
En un principio, cuando la horda primitiva subsistía de la recolección de los que eventualmente encontraban los hombres en su deambular nómada, los niños participaban, desde que les era posible tener una marcha independiente, en la tarea común de la subsistencia, por lo que la infancia, entendida como tal, no existía. Aún cuando progresivamente el hombre va asentándose y abandona su vida trashumante, y surge la agricultura como forma de vida que obliga al ser humano a aposentarse en lugares definidos, los niños también tenían que incorporarse al proceso productivo, y para ello se les daban instrumentos apropiadas para su tamaño para que cooperaran, en la medida de sus posibilidades físicas, al trabajo en correspondencia con sus destrezas motoras, no constituían aún juguetes, sino herramientas de trabajo a escala reducida: el cuchillo cortaba, la azada hendía, la masa golpeaba, por lo que solamente eran reproducciones a menor escala del instrumento real.
En la medida que se da el desarrollo del hombre, la actividad laboral comienza a volverse más compleja, a la vez que se empiezan a dar excedentes de la producción que permiten tener un mejor nivel de vida, sin la necesidad perentoria de la subsistencia diaria. Esto va a tener una repercusión muy importante en el desarrollo de la especie humana, que puede entonces dedicar tiempo a actividades que ya no están directamente ligadas al proceso productivo, y la atención a cuestiones que antes le eran prácticamente imposible de dedicar un tiempo, ya va a constituir paulatinamente un proceso de socialización netamente relacionado con su desarrollo psíquico cada vez más avanzado. ¿Y qué pasaba entonces con los niños? Les era imposible participar directamente en la labor productiva por su progresiva complejidad, el hombre crea objetos que, aunque reflejan el instrumento de la vida real, no son ya una réplica más pequeña de aquel, sino un nuevo tipo de cosa que ya no sirve para hace la acción verdadera sino para "practicarla", y que habrían de realizar en la vida adulta. Surge el juguete, que no es más que una reproducción del instrumento, en el que está impresa su función más no su estructura verdadera, reflejando de manera más o menos aproximada su diseño y objetivo.
Esto va a plantear decididamente la necesidad, en el desarrollo del individuo, de una etapa preparatoria, en el cual los niños se encuentren y ejerciten para su vida futura, surge la infancia como período de dicha preparación.
A su vez, en ese lapso los niños, utilizando los juguetes especialmente creados para ellos, van a reflejar en su entretenimiento con los mismos, las acciones y roles que han de desempeñar como adultos, aparece el juego como vía y medio de hacer, al nivel de sus posibilidades físicas, motoras y psíquica, una reproducción de la vida real.
De esta manera, la infancia, el juego y el juguete surgen al unísono en el devenir evolutivo del hombre, y van a caracterizar la primera fase de preparación para la acción productiva que los niños han de tener cuando alcancen la edad adulta.
En un principio, cuando la horda primitiva subsistía de la recolección de los que eventualmente encontraban los hombres en su deambular nómada, los niños participaban, desde que les era posible tener una marcha independiente, en la tarea común de la subsistencia, por lo que la infancia, entendida como tal, no existía. Aún cuando progresivamente el hombre va asentándose y abandona su vida trashumante, y surge la agricultura como forma de vida que obliga al ser humano a aposentarse en lugares definidos, los niños también tenían que incorporarse al proceso productivo, y para ello se les daban instrumentos apropiadas para su tamaño para que cooperaran, en la medida de sus posibilidades físicas, al trabajo en correspondencia con sus destrezas motoras, no constituían aún juguetes, sino herramientas de trabajo a escala reducida: el cuchillo cortaba, la azada hendía, la masa golpeaba, por lo que solamente eran reproducciones a menor escala del instrumento real.
En la medida que se da el desarrollo del hombre, la actividad laboral comienza a volverse más compleja, a la vez que se empiezan a dar excedentes de la producción que permiten tener un mejor nivel de vida, sin la necesidad perentoria de la subsistencia diaria. Esto va a tener una repercusión muy importante en el desarrollo de la especie humana, que puede entonces dedicar tiempo a actividades que ya no están directamente ligadas al proceso productivo, y la atención a cuestiones que antes le eran prácticamente imposible de dedicar un tiempo, ya va a constituir paulatinamente un proceso de socialización netamente relacionado con su desarrollo psíquico cada vez más avanzado. ¿Y qué pasaba entonces con los niños? Les era imposible participar directamente en la labor productiva por su progresiva complejidad, el hombre crea objetos que, aunque reflejan el instrumento de la vida real, no son ya una réplica más pequeña de aquel, sino un nuevo tipo de cosa que ya no sirve para hace la acción verdadera sino para "practicarla", y que habrían de realizar en la vida adulta. Surge el juguete, que no es más que una reproducción del instrumento, en el que está impresa su función más no su estructura verdadera, reflejando de manera más o menos aproximada su diseño y objetivo.
Esto va a plantear decididamente la necesidad, en el desarrollo del individuo, de una etapa preparatoria, en el cual los niños se encuentren y ejerciten para su vida futura, surge la infancia como período de dicha preparación.
A su vez, en ese lapso los niños, utilizando los juguetes especialmente creados para ellos, van a reflejar en su entretenimiento con los mismos, las acciones y roles que han de desempeñar como adultos, aparece el juego como vía y medio de hacer, al nivel de sus posibilidades físicas, motoras y psíquica, una reproducción de la vida real.
De esta manera, la infancia, el juego y el juguete surgen al unísono en el devenir evolutivo del hombre, y van a caracterizar la primera fase de preparación para la acción productiva que los niños han de tener cuando alcancen la edad adulta.
Historia del juego
En
todas las partes del mundo los niños juegan tan pronto como se les presenta la
oportunidad, haciéndolo de una manera totalmente natural.
El
juego es parte de sus vidas, quizás es una de las pocas cosas en las que pueden
decidir por sí mismos.
El
juego es una actividad presente en todos los seres humanos. Los etólogos lo han
identificado con un posible patrón fijo de comportamiento en la ontogénesis
humana, que se ha consolidado a lo largo de la evolución de la especie.
Si
buscamos en los orígenes, se puede desprender la contribución del juego a la
especie humana. No hay humanidad donde no exista el juego. Es algo que los
antropólogos han descubierto, y si pensamos que el juego va unido a la
infancia, profundizando sobre él llegaremos a considerar el papel de la
infancia a lo largo de la historia.
La prueba de que jugar no es un invento de nuestros
días la encontramos en la literatura y el arte antiguos, en los que se
describen las actividades de los niños, y en el Foro Romano hay una rayuela
gravada en el piso. Los sonajeros más antiguos se fabricaban de vejigas de
cerdo o de garganta de pájaros, los que se llenaban de piedras para que el sonido
producido estimulara la curiosidad de los niños más pequeños.
Sorprendentemente a menudo, los niños juegan el
mismo tipo de juegos: a la rayuela, a saltar a la cuerda, con muñecos o
pelotas. Sin embargo, los juegos y los juguetes suelen diferenciarse en las
distintas sociedades, dependiendo este fenómeno del acceso a diversos tipos de
materiales y a los valores existentes relacionados con el juego.
Compartir
positivas experiencias lúdicas crea fuertes lazos entre adultos y niños a
través de toda la niñez. En una palabra, el jugar es vital para el desarrollo
en la infancia ya que a través del juego se ponen en práctica todas las
habilidades que favorecen la maduración y el aprendizaje. Aunque los niños
aprenden a través del juego con placer, no es un objetivo en sí mismo.
Solamente es un medio para alcanzar una meta final. Es una actividad natural
que les proporciona placer y satisfacción.
Si
nos retomamos a las tribus más primitivas, nos encontramos que el juego era una
preparación para la vida y la supervivencia. En un principio, cuando la horda
primitiva subsistía de la recolección de los que eventualmente encontraban los
hombres en su deambular nómada, los niños participaban, desde que les era
posible tener una marcha independiente, en la tarea común de la subsistencia,
por lo que la infancia, entendida como tal, no existía. Aunque el periodo
lúdico de los niños era mucho más cortó que sería en tiempos posteriores.
En Grecia tenemos el ejemplo ineludible de los
juegos griegos que son sin duda los Juegos Olímpicos. Estos festivales
olímpicos se celebraban cada 4 años, era la más importante celebración
religiosa, y ofrecía a los griegos desunidos la oportunidad de afirmar su
identidad nacional.
No
se sabe exactamente cuándo se celebraron por primera vez, se sabe que venían
celebrándose periódicamente antes del 776 a.C., fecha oficial de su comienzo.
Llegaban peregrinos de todos lados, tiranos, reyes y jueces acudían a Olimpia
protegidos por el armisticio. Hombres de negocios y fabricantes firmaban contratos.
Tampoco faltaban los vendedores ambulantes de estatuillas, bocadillos,
«souvenirs»- malabaristas, saltimbanquis, magos y videntes; autores leyendo sus
obras en voz alta desde las escaleras de los templos...
En Roma, según el poeta latino
Juvenal (60-130), la principal preocupación del pueblo era «pan y juegos»
(panem et circenses). Utilización política de los juegos para adultos.
Adoptaron los juegos infantiles de Grecia y se incorporaron otros por los
esclavos.
Pensadores clásicos como Platón y
Aristóteles ya daban una gran importancia al aprender jugando, y animaban a los
padres para que dieran a sus hijos juguetes que ayudaran a «formar sus mentes»
para actividades futuras como adultos.
Platón fue uno de los primeros en
mencionar y reconocer el valor práctico del juego, dada la prescripción que
hace en Las Leyes, de que los niños utilicen
manzanas
para aprender mejor las matemáticas y que los niños de tres años, que mas tarde
serán constructores, se sirvan de útiles auténticos, sólo que a tamaño reducido.
El mismo Aristóteles que se ocupa de
los problemas educativos para la formación de hombres libres, menciona en
varios lugares de su obra ideas que remiten a la conducta de juego en los
niños, por ejemplo «hasta la edad de cinco años, tiempo en que todavía no es
bueno orientarlos a un estudio, ni a trabajos coactivos, a fin de que estos no
impida el crecimiento, se les debe, no obstante permitir movimientos para
evitar la inactividad corporal; y este ejercicio puede obtenerse por varios
sistemas, especialmente por el juego». En otro fragmento menciona que «la
mayoría de los juegos de la infancia, deberían ser imitaciones de las
ocupaciones serias de la edad futura».
En la Edad Media el juego tenía
escasa reglamentación y una estructura sencilla, y se utilizaban pocos objetos.
La mayor parte se realizaban al aire libre, rudimentarios, lentos y sin pasión
por el resultado.
En el Renacimiento se produce un
cambio de mentalidad. Lo individual venia a sustituir a lo colectivo; ya no
giraba todo en torno a Dios. Los juegos populares y tradicionales adquieren
fuerza, justifican y refuerzan la posición de clase que los practica o que los
contempla.
En la segunda mitad del siglo XIX,
aparecen las primeras teorías psicológicas sobre el juego de Spender (1855), Lázarus
(1883) y Groos (1898, 1901). E iniciado ya el siglo XX, nos encontramos con
Hall (1904) y Freíd. Todas las teorías que desarrollan van a adquirir mucha
importancia para la explicación del juego, y serán desarrolladas más a delante.
En tiempos más recientes el juego ha
sido estudiado e interpretado de acuerdo a los nuevos planteamientos teóricos
que han ido surgiendo en Psicología de Piaget (1932, 1946, 1962, 1966) que ha
destacado tanto en sus escritos teóricos como en sus observaciones clínicas la
importancia del juego en los procesos de desarrollo. Sternberg (1989), también
aporta a la teoría piagetiana. Son muchos los autores que, de acuerdo con la
teoría piagetiana, han insistido en la importancia que tiene para el proceso
del desarrollo humano la actividad que el propio individuo despliega en sus
intentos por comprender la realidad material y social. Los educadores,
influidos por la teoría de Piaget revisada, llegan a la conclusión de que la
clase tiene que ser un lugar activo, en el que la curiosidad de los niños sea
satisfecha con materiales adecuados para explorar, discutir y debatir (Berger y
Thompson, 1997). Además, Piaget también fundamenta sus investigaciones sobre el
desarrollo moral en el estudio del desarrollo del concepto de norma dentro de
los juegos. La forma de relacionarse y entender las normas de los juegos es
indicativo del modo cómo evoluciona el concepto de norma social en el niño.
Clasificación
del juego
Según el lugar donde se juega
|
Juegos de interior Juegos al aire libre Juegos de patio de recreo |
Según el número de personas que juegan
|
Juego individual Juego entre dos personas Juego para más de dos personas Juegos colectivos |
Según el tipo de actividad |
Juegos de inteligencia Juegos de azar Juego de ejercicio Juegos simbólicos Juegos con reglas Juegos de construcción Juegos de competencia Juegos de mesa y tablero Juegos para reuniones y fiestas Juegos de ingenio y habilidad Juegos dramáticos, de simulación y disfraces Juegos cantados y corridos infantiles |
bibliografia
http://sepiensa.org.mx/contenidos/2004/irene/clasificacion/clasificacion.html
http://vinculando.org/articulos/historia_y_evolucion_del_juego.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario